La frustración

¿Qué es la frustración?, ¿la conozco en realidad?, o ¿recién comienzo a sentirla en mi vida?, ¿qué pasa cuando no sabes resolverla?

Me creía la mujer mas bacán del mundo, pensaba que me la podía con cualquier cosa, nada era lo suficientemente difícil para que me la ganara, nada ni nadie.

Me creía la mejor persona del mundo, buenos sentimientos, cero maldad, siempre hacia lo “correcto”, un ser especial, casi único en este universo de maldad y competencia. Un alma sin corromper frente a la envidia, el orgullo, al hostilismo, a la avaricia y codicia que es tan común en estos días. En resumen, y ahora que lo escribo lo veo y me parece chistoso, un ser con puras virtudes.

Es fácil desarrollar tantas virtudes cuando el mundo se te presenta tan perfecto, cuando tu familia, sin el afán de hacerte ningún daño, te mantiene viviendo en una burbuja y uno también, hay que reconocerlo, se mantiene en la comodidad de esa burbuja.

En mi afán de choreza opto por crecer y abandono la burbuja, dándome cuenta ahora, luego de casi cuatro meses viviendo fuera, lo positivo que se puede ser desde el seno de una familia que te apoya, porque claro, ahí todo es perfecto y si no lo agradeces o te quejas mucho, eres un mal agradecido. Y es que nada se compara a enfrentar un problema sola, que con cuatro personas detrás que estarán ahí cada vez que las necesitas, incondicionalmente, las 24 horas de los 365 días del año.

Y lo más triste es darme cuenta que no soy el ser maravilloso que me creía, que estoy harto lejos de serlo y que al parecer, en vez de acercarme a ese ideal, cada vez me alejo más y entre más me alejo, más me pierdo.